La Educación vial se abre paso en 2023
En un mundo en constante movimiento, la seguridad vial se convierte en una prioridad esencial para la sociedad. La prevención de accidentes y la promoción de conductas responsables en el tráfico no solo son objetivos cruciales, sino también un deber moral y cívico. En este contexto, la introducción de la educación vial como una asignatura obligatoria en las aulas emerge como un paso vital hacia la construcción de un futuro más seguro en las carreteras.
La educación vial es un tema que a menudo se pasa por alto, pero es de suma importancia en la formación de futuros ciudadanos responsables y seguros en las carreteras. No se trata solo de saber cómo cruzar una calle o respetar las señales de tráfico, sino de inculcar valores y hábitos que perdurarán a lo largo de la vida de un individuo. Por eso, la educación vial debería comenzar desde temprana edad, en las clases de infantil o primaria.
En naciones como Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Holanda, Italia, Portugal y Suecia se imparte la educación vial como una materia esencial en todo el proceso educativo. Incluso en Suecia, líder en seguridad vial, cada escuela cuenta con una pautas de seguridad en el tráfico, donde participan tanto los estudiantes como los docentes, padres y autoridades locales.
A partir del curso 2022/2023 ya es obligatoria la asignatura de educación vial en los centros educativos.
Cuando los niños que celebraron su sexto cumpleaños en el 2022 alcancen la edad para conducir un ciclomotor en 2031, seguido de un automóvil o motocicleta en 2034, habrán pasado una década dentro del sistema educativo, donde habrán adquirido un profundo conocimiento en seguridad vial. Serán competentes en las reglas básicas de circulación y en la interpretación de señales, además de contar con habilidades para responder ante situaciones de accidente.
En la actualidad, gracias a la Ley Orgánica de Modificación de la Ley Orgánica de Educación (LOMLOE), la Educación Vial ha sido incorporada al plan de estudios en todos los niveles educativos, desde la educación infantil hasta el bachillerato. En este contexto, son los propios educadores quienes asumen la responsabilidad de impartir estos conocimientos.
A pesar de no ser considerada una materia independiente, los contenidos relacionados con la seguridad vial son de carácter obligatorio y se insertan de manera interdisciplinaria en diversas asignaturas, que incluyen Educación Física, Conocimiento del Medio, Educación en Valores e incluso materias como Física y Química.
¿Cómo se está introduciendo la educación vial en las aulas?
En la etapa de primaria, se implementará la educación vial de diversas maneras. Por ejemplo, se abordarán conceptos relacionados con hábitos saludables y seguridad en la movilidad en la asignatura de Educación en Valores. Asimismo, la educación vial se incorporará en la asignatura de Conocimientos del Medio, donde se explotarán temas relacionados con la ciudad, la convivencia y las normas de circulación. Además, elementos de educación vial se encontrarán en las asignaturas como física y química, particularmente al estudiar las leyes de Newton.
Educación Infantil: La educación vial se integra en el área de "Crecimiento en Armonía", enfocándose en aspectos personales y sociales. Se centra en enseñar a los estudiantes cómo desplazarse y reconocer situaciones peligrosas.
Educación Primaria: La educación vial se enseña a través de tres materias:
Educación en Valores: Se enfoca en la movilidad segura y sostenible.
Conocimiento del Medio Natural, Social y Cultural: Explora la ciudad como espacio de convivencia y presenta normas básicas de circulación.
Educación Física: En el primer ciclo se centra en el rol del estudiante como peatón, mientras que en el segundo ciclo se enfoca en las normas al usar bicicletas. Esto se logra mediante actividades prácticas que preparan a los estudiantes antes de montar en bicicleta.
Educación Secundaria: En esta etapa, la educación vial se integra en tres materias:
Educación Física: Además de resaltar el respeto a las normas de tráfico y el uso de la bicicleta como medio de transporte, se abordan las acciones en caso de accidente.
Física y Química: Se estudia la educación vial relacionada con las leyes de Newton, analizando cómo se aplican en situaciones cotidianas y su impacto en la seguridad vial.
Geografía e Historia: A nivel teórico, se abordan temas de seguridad vial y movilidad segura y sostenible en el espacio público.
Bachillerato: En esta etapa, se aborda la seguridad vial principalmente en la materia de Ciencias Generales, considerando aspectos relacionados con las leyes de la mecánica y el movimiento. También, en Educación Física (solo obligatoria en el primer curso de Bachillerato), se tratan temas sobre los riesgos del consumo de alcohol y otras drogas en el contexto del transporte
Sin embargo, cabe destacar que la asignatura que incluirá la mayor cantidad de actividades relacionadas con la educación vial será Educación Física. Esto se debe a que se desarrolla al aire libre, lo que requiere que los profesores de educación física adquieran habilidades en seguridad vial, como peatones y ciclistas. Muchos niños pueden carecer de conocimientos básicos, cómo circular en bicicleta o la importancia de cómo colocarse un casco correctamente.
Además, es esencial enseñar dentro de la educación vial las conductas PAS (Proteger, Avisar y Socorrer). Este enfoque es crucial no solo porque omitir la asistencia en una emergencia es un delito en España, sino también porque en situaciones de crisis, es fundamental saber cómo actuar de manera rápida y eficiente para brindar ayuda.
La Educación Física se convierte así en un pilar fundamental para inculcar habilidades de seguridad vial y conductas cívicas en los niños.
Inconvenientes en los centros educativos durante el primer año
En el marco del IV Foro Compromiso por la Educación Vial, se han identificado las principales dificultades y restricciones que los centros educativos han enfrentado durante este primer año al implementar la educación vial:
Limitación de Tiempo: Los centros educativos han enfrentado desafíos debido a la falta de tiempo disponible para planificar y ejecutar programas educativos relacionados con la seguridad vial.
Falta de Experiencia: La comunidad educativa ha carecido de experiencia previa en la enseñanza de educación vial, lo que ha generado obstáculos en la efectividad de la enseñanza.
Descoordinación: Ha habido una falta de coordinación entre los diferentes actores involucrados, incluyendo la comunidad educativa y las familias, lo que ha dificultado la implementación coherente de la educación vial.
Recursos y Materiales Insuficientes: Se ha observado una carencia de recursos y materiales pedagógicos y educativos adecuados para la enseñanza de la seguridad vial. Además, ha habido una falta de bicicletas disponibles tanto por parte de los alumnos como de los colegios.
Problemas con las Bicicletas: Además de la falta de bicicletas por parte de las familias y los colegios, se han presentado problemas relacionados con el mantenimiento de las mismas y la adaptación de su tamaño de acuerdo a la edad de los estudiantes.
Estas limitaciones representan desafíos significativos para la efectiva implementación de la educación vial en los centros educativos. Abordar estas barreras es esencial para garantizar que los programas de seguridad vial sean exitosos y que los estudiantes adquieran las habilidades y conocimientos necesarios para moverse de manera segura en el entorno vial.
Educación vial como asignatura independiente
La Alianza Española para la Seguridad Vial Infantil (AESVi) plantea dos interrogantes fundamentales. En primer lugar, se cuestiona quién será responsable de capacitar al cuerpo docente y cuál será el método de enseñanza seleccionado. En este contexto, señalan que actualmente no existen programas de formación especializados destinados a los educadores, lo que implica que estos profesionales tengan que adquirir los conocimientos necesarios por su cuenta, de manera autodidacta.
Importancia de que la Educación Vial abarque un apartado práctico en un entorno seguro
En primer lugar, la práctica en un entorno seguro permite a los niños experimentar directamente situaciones de tráfico sin exponerlos a riesgos innecesarios. Esto les brinda la oportunidad de comprender cómo deben comportarse como peatones o ciclistas, así como la importancia de obedecer las señales de tránsito. Además, al vivenciar estas situaciones, los niños pueden desarrollar habilidades cognitivas y motrices que les serán útiles en su vida cotidiana.
En segundo lugar, la educación vial práctica fomenta un aprendizaje activo y participativo. Los niños no solo escuchan teoría, sino que también interactúan con el entorno, lo que aumenta la retención del conocimiento y su comprensión de la seguridad vial. Esto les permite internalizar conceptos como el respeto por los demás usuarios de la vía y la importancia de ceder el paso en cruces peatonales.
Por último, un entorno seguro para la educación vial infantil reduce el temor y la ansiedad asociados con la circulación en calles y carreteras reales. Esto es fundamental para que los niños ganen confianza y puedan aplicar lo aprendido de manera efectiva cuando se enfrenten a situaciones de tráfico en la vida real.
En conclusión, la inclusión de un apartado práctico dentro de un entorno seguro en la educación vial para niños es esencial para formar ciudadanos responsables y seguros en las vías públicas. Esta experiencia práctica no solo les brinda conocimientos técnicos, sino que también desarrolla habilidades cruciales y les da la confianza necesaria para enfrentar el tráfico de manera segura en el futuro.
Es nuestra responsabilidad como sociedad invertir en la educación vial de los más jóvenes para construir un entorno vial más seguro y consciente.
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